Consejos prácticos para tu viaje a Italia

Viajar por Italia es una experiencia sensorial que exige cierta preparación para que cada momento sea inolvidable Lo primero es entender el ritmo. En Italia se vive sin prisa. Desde que aterrizas, resiste el impulso de hacer check-in en cada monumento. Lleva calzado cómodo, no solo por los adoquines —protagonistas silenciosos de cada ciudad— sino porque el placer está en perderse y querrás caminar mucho. No subestimes el poder de un paseo sin Google Maps, guiado solo por el olor que sale de las trattorias o el repicar de campanas en una iglesia.

Evita los errores del turista de primera vez, no comas cerca de las grandes atracciones, donde los camareros no te ofrecen menú en inglés. La regla es simple, cuanto menos inglés, mejor la pasta. Acepta que el desayuno será un espresso y un cornetto, y que el verdadero banquete comienza a la hora del aperitivo. Deja que el día se estire hasta la cena, que en Italia empieza tarde, sin ansiedad. Si tienes una terraza con vista, quédate ahí más tiempo de lo necesario. El país es generoso con quienes lo miran sin apuro.

Empaca poco, pero bien, recuerda que menos es más, pero siempre con ropa que te haga sentir parte del lugar, no un visitante disfrazado de turista. Aprende algunas frases en italiano —las más sencillas abren puertas y corazones— y ten siempre monedas a la mano, créeme, si vas en época de calor cinco euros te pueden salvar de morir de sed, aunque siempre puedes optar por llenar tu botella directo de los “nasoni” las fuentes de agua potable que están esparcidas por toda Roma. Compra siempre con anticipación tus boletos para los museos más importantes, no querrás perder horas valiosas de tu viaje en una fila enorme bajo el sol.

Finalmente, no planees cada minuto. Italia recompensa a quien se entrega a ella sin itinerarios cerrados, una conversación que empieza con un “scusi” y termina con una invitación a cenar. Viajar aquí no es solo ver, es absorber. Guarda espacio en la maleta para lo que no sabías que ibas a necesitar, una botella de vino, un libro encontrado en una librería antigua, una postal que no enviarás. Porque si hay un secreto para viajar por Italia, es este, deja que el país te viva a ti.