En tus manos, la fuerza de la vida,
en tu voz, la melodía del amor,
madre mía, en esta senda compartida,
eres mi guía, mi luz, mi calor.
Amado Nervo.
Alrededor del mundo se acostumbra celebrar a las madres una vez al año, en el caso de México el 10 de mayo es la fecha elegida sin importar el día de la semana; sin embargo, ¿sabías que no en todos los países ocurre de la misma manera? En Italia, por ejemplo, el segundo domingo del mes de mayo es la fecha indicada, que en este 2024 se celebrará el 12 de mayo. Hoy te contamos un poco de la historia de esta festividad a través de los años y sus similitudes entre México e Italia.
El día de las Madres tiene sus raíces en la antigua Grecia donde se rendía homenaje a Rea, la madre de los dioses, durante un festival llamado “Cybele”. Este evento incluía ceremonias en honor a la maternidad y la fertilidad. En Roma, se celebraba una fiesta similar llamada “Matronalia”, dedicada a Juno, la reina de los dioses y protectora de las mujeres y el matrimonio. Durante estas festividades, se realizaban rituales en los templos, se ofrecían sacrificios y se llevaban a cabo banquetes en honor a las madres y las matronas de la sociedad. Estas celebraciones destacaban la importancia de la maternidad y la feminidad en la vida cotidiana y religiosa de estas civilizaciones antiguas.
En Italia se retomó esta celebración hasta el año de 1933, cuando se comenzó a celebrar “El día de la madre y el niño” los días 24 de diciembre, fecha escogida con el fin de apoyar el proyecto natalista del gobierno por su relación con el nacimiento de Jesús.
En México, siguiendo con sus orígenes religiosos, el día de las madres se instauró en el mes de mayo por ser el mes consagrado a la Virgen y se hizo oficial el 10 de mayo de 1949 cuando el Presidente Miguel Alemán Valdés inauguró el famoso “Monumento a la Madre” ubicado muy cerca del Paseo de la Reforma, la principal avenida de la Ciudad.
Tanto en México como en Italia, la reunión familiar, el gesto de regalar flores y disfrutar de una comida juntos son tradiciones arraigadas que resaltan el amor y la gratitud hacia las madres. A través de estas prácticas compartidas, se refuerza el vínculo familiar y se reconoce el papel fundamental que desempeñan en nuestras vidas.
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