El verano está por llegar y me parece fantástico planear los lugares que visitaremos este año.
Ahora que mi hija tiene la edad de viajar sola por el mundo, siempre le recomiendo que vaya a uno de los lugares que según recuerdo son como sacados de una postal.
Recuerdo las edificaciones de terracota contrastando con el cielo azul y el verde de los campos.
El verano puede ser la mejor época del año para emprender un viaje a cualquier parte del mundo, pero iniciar un recorrido en la Región de la Toscana puede ser buen punto de partida para experimentar una explosión de los sentidos.
Cierro los ojos y vuelvo a sentir el aire caliente de ese verano.
En mi mente visualizo algunos de los caminos estrechos que recorrimos y que nos llevan por algunos de los campos con grandes árboles.
Y ahí justo donde parecía que no había nada llegamos a casa de unos amigos.
Nos ofrecieron comida en la mesa había carne, pasta, pan y vino. En ese momento el tiempo se detuvo y el festín duró hasta el atardecer.
Aunque no entendía muy bien la conversación me sentí muy cómoda. Añoro volver, y sé que lo haré de nuevo en algún momento.
Tenía más o menos la edad que ahora tiene mi hija cuando decidí emprender un viaje para explorar el mundo.
Tal vez por eso le he dicho a mi hija que no se puede perder la oportunidad de ir y encontrar un mundo donde se encuentra una de las regiones más verdes de Italia contrastando con la ciudad.
Quiero que tenga la experiencia de salir de México y recorrer el mundo, y claro que lo haga desde una ciudad tan mágica. Desconozco a donde encaminará sus pasos después.
Hoy quiero que empiece donde yo inicie un gran viaje que me llevó a querer aprender el idioma y la cultura y claro que me cambió la vida.
Visite la hermosísima capital de la Toscana, Florencia. Una ciudad llena de magia, pero de esta experiencia hablaré en otra ocasión.
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